Los seres humanos hemos contado con una ventaja evolutiva desde tiempos primitivos: la visión estereoscópica o en 3D. Ahora, gracias a las sofisticadas gafas 3D, también podemos ver películas en 3D ya sea en televisión o en la gran pantalla. Esta moderna tecnología intenta engañar al cerebro, ya que imita nuestra visión estereoscópica.
Enfréntese a un enorme tiburón blanco o véase inmerso en una trepidante carrera de Fórmula 1: cada vez que se pone las gafas 3D para ver películas en 3D en la televisión o en la gran pantalla es como si la acción estuviera transcurriendo en la misma sala en la que se encuentra. Sin duda se trata de una experiencia visual impresionante pero ¿Cómo funciona? Vamos a aprender un poco de historia primero.
Los principios de la estereoscopia (visión 3D) en la humanidad se remontan a los primeros pintores hace 16000 años, estos dejaron en las cavernas de Lascaux plasmadas representaciones de ciervos, búfalos u otras escenas de animales, que al ser observadas bajo La luz tenue de la antorcha, pueden tomar una calidad tridimensional.
En los años siguientes hubieron varios inventos para intentar modular la visión tridimensional que nuestros ojos tienen naturalmente.
Solo hasta los años 80 gracias a el desarrollo de los sistemas de gran formato en el cine, como el de IMAX, fue posible crear películas tridimensionales de buena calidad, esto ayudo a aumentar el número de aficionados a esta tecnología. Tal vez la película más importante que utilizo esta tecnología y fue presentada en Sudamérica fue la trilogía de Tiburón.
En los años noventa gracias a los adelantos de la electrónica e informática, ha sido posible llevar la técnica de la estereoscopia a los computadores, lo cual ha generado que áreas como la medicina, psicologia, cartografía, sistemas de modelamiento CAD y educación entre otras, utilicen esta tecnología no solo para generar nuevas aplicaciones en el medio, sino para generar nuevos mecanismos de investigación en cada una de las áreas.
¿Qué es el 3D y cómo es su funcionamiento?
Tenemos que partir del funcionamiento de la visión humana para comprender la visión en 3D. La profundidad que percibe nuestro cerebro al proyectar imágenes viene dada por la diferencia de información aportada por cada ojo, que se interpreta de manera conjunta (distinta información aportada interpretada como una sola).
El proceso a la hora de realizar una película en 3D es el mismo. Se captura la imagen desde dos puntos distintos (como si fueran nuestros dos ojos) utilizando dos cámaras distintas. Posteriormente se funde la imagen como si fuese una sola. Esto produce la sensación de profundidad. A continuación, a través de unas gafas polarizadas especiales (que tienen un filtro LCD tecnología S3D que sincroniza con el sistema de proyección para tapar uno u otro ojo según corresponda) nuestros ojos reciben una imagen distinta en cada ojo. Hay que destacar que siempre será necesario el uso de unas gafas polarizadas, ya que los sistemas que no las requieren aún están en una fase poco avanzada.
Comparando este tipo de tecnología con el sistema anaglífico (el que disponía unas gafas de cartón con papel de celofán azul y rojo), ésta ofrece una calidad extraordinaria, ya que consigue mejor profundidad y unos colores más vivos.
El sistema anáglifo utiliza filtros de colores complementarios (rojo y azul o rojo y verde). La imagen por ejemplo que se nos presenta en verde no es vista por el ojo cuyo filtro es del mismo color, pero éste si ve la imagen en rojo.